La dualidad de poderes
El periodo posterior a la abdicación del zar fue a la vez confuso y entusiasta. El gobierno provisional sucedió al zarismo rápidamente, mientras que la revolución ganaba profundidad y la masa de trabajadores y campesinos se politizaba.
Los sóviets, nacidos de la voluntad popular, no se atrevieron a contradecir de primeras al gobierno provisional, pese a su inmovilidad y su actuación en la guerra. Sin embargo, el pequeño Partido Bolchevique, liderado por Lenin, quien impuso una radicalización estratégica, se hizo portavoz del creciente descontento general y se convirtió en depositario de las aspiraciones populares, mientras que los partidos revolucionarios rivales se desacreditaban entre ellos, alimentando así el peligro contrarrevolucionario.
Los sóviets, nacidos de la voluntad popular, no se atrevieron a contradecir de primeras al gobierno provisional, pese a su inmovilidad y su actuación en la guerra. Sin embargo, el pequeño Partido Bolchevique, liderado por Lenin, quien impuso una radicalización estratégica, se hizo portavoz del creciente descontento general y se convirtió en depositario de las aspiraciones populares, mientras que los partidos revolucionarios rivales se desacreditaban entre ellos, alimentando así el peligro contrarrevolucionario.