Ebullición popular, explosión campesina y crecimiento de los bolcheviques
Poco a poco, los obreros y los soldados se fueron convenciendo de que no podía haber una reconciliación entre el antiguo modelo de sociedad defendido por Kornílov y el nuevo. El golpe y la caída del Gobierno Provisional, que dio a los sóviets la dirección de la resistencia, fortaleció y reforzó la autoridad y la presencia en la sociedad de los bolcheviques. Su prestigio iba en aumento: apremiados por la contrarrevolución, las masas se radicalizaron y los sindicatos se alinearon con los bolcheviques.La revolución continuaba y se aceleraba, especialmente en las zonas rurales. Durante el verano de 1917, los agricultores adoptaron medidas, tomando las tierras de los señores, sin esperar a la prometida reforma agraria y retrasada de forma constante por el Gobierno. El campesinado ruso, de hecho, regresó a su larga tradición de grandes levantamientos espontáneos (los bunts), que ya habían marcado el pasado nacional, como las revueltas protagonizadas por Stenka Razin en el siglo XVII o Yemelián Pugachov en tiempos deCatalina II. No siempre violentas, estas ocupaciones masivas de tierras fueron a menudo el escenario de levantamientos espontáneos donde las propiedades de los maestros eran quemadas, llegando ellos mismos a ser maltratados o asesinados. Estos inmensos levantamientos campesinos, sin duda los más importantes de la historia europea, consiguieron que las tierras se compartieran sin que el gobierno condenara ni ratificara el movimiento.
Así, los bolcheviques, a los que todavía se los calificaba en junio como «insignificante puñado de demagogos»29 controlaban la mayor parte del país. Desde junio de 1917, en una sesión del 1.er Congreso Panruso de los Soviets, Lenin ya había anunciado abiertamente - durante una célebre discusión con el menchevique Irakli Tsereteli - que los bolcheviques estaban dispuestos a tomar el poder, pero que por el momento sus palabras no habían sido tomadas en serio